Los mas pequeños comieron dentro del casal. Asi podian jugar y comer a la vez, algunos jugaron mas que comieron, pero como siempre las madres al quite.
Los mayores comimos fuera porque como abultamos mas, no cabemos dentro.
Y tras el café, a arrimar todos el hombro para ayudar a nuestro artista fallero a empezar a preparar la plantá de nuestro momumento mayor.
Como estaba progamado a las 18h empezaron los cuentacuentos de marionetas. Alli estaban todos nuestros infaniles escuchando muy atentos como soplaba el lobo o como vestia caperucita.
Cuando terminaron las marionetas, estabamos listos para merendar.
Chocolate y enseimadas, ¡que rico! y todo gracias a Maite y a David.
Y tras la merianda, partidas de ping-pong en nuestra mesa poco reglamentaria, gracias a Juan y a su equipamiento.
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